En donde no hablo de tu opinión, no hablo de mi opinión, hablo de la opinión como concepto.
¿Qué valor aporta hacer saber una opinión?
Pero, no todas las opiniones son iguales. Por definición matemática, la mitad de las opiniones estarán por debajo de la media0, y podemos fácilmente encontrar formas de hacer que la nuestra esté en el lado correcto. Por ejemplo, razonarla. La diferencia entre Me gusta este libro y Este libro me gusta por que... es enorme. Es una diferencia cualitativa; la segunda está en una categoría diferente.
Otra forma de hacer más valiosa una opinión es en utilizarla como catapulta, y no como proyectil. Me explico con dos ejemplos. Me gusta esta portada, mucho más que la de la edición anteriror; esta es indiscutiblemente más bonita, sería un ejemplo de utilización como proyectil; la importancia está en la opinión en sí, en el juicio de valor. Utilizarla como catapulta sería: Me gusta esta portada, es muy bonita. ¿En qué medida creéis que las portadas afectan a cómo percibimos un libro?
Tal vez no nos estemos haciendo las preguntas adecuadas; al fin y al cabo, valor, ¿para quién? Tener una opinión aporta un valor inmenso al que la posee; permite analizar el mundo mucho más rápido. Y, una opinión de una fuente conocida es una herramienta muy útil; por eso el poder del "boca a boca"1 (y escribo porque me toca). Además, una opinión en sí no es errónea, como máximo es injustificada o insustancial:
- Me gusta el tiempo que está haciendo
- Sí, a mi también.
Pero, independientemente de que lo sea o no, la opinión siempre va mejor con un poco de aliño: humor, reflexión, crítica constructiva o destructiva, razonamiento, etc. Porque cuando todo el mundo tiene una opinión, ese aliño la hace más memorable, más simpática.
Al estilo del conde Lucanor y de Baltasar Gracián:
La opinión sola
no mola.
Hace ya un tiempo comencé una pequeña serie de entradas acerca de la blogosfera literaria, y esta es una de sus entregas. La primera entrada fue La amenaza spoiler, sobre las consecuencias de revelar parte de la trama de una novela. La segunda entrega, esta, también llamada Una nueva arrogancia, comentaba el valor de las opiniones, en relación con su abundance. Finalmente, La venganza de los BI analizó el propósito, el valor y las limitaciones de la reseña como género, aplicado a la blogosfera. Posteriormente, apliqué la teoría a la práctica en un comentario de Maus, una novela gráfica. ¡Te animo a leerlo todo!
0 Ajustamos el valor de las opiniones a una normal,
1Si fuese de boca a oreja, escribiría porque me sale de la ceja.
Holaaaaa, muy buen artículo, tienes reflexiones de lo más filosóficas. Yo tengo la costumbre de decir que una opinión es errónea, cuando como tu dices no hay opiniones erróneas sino que hay opiniones con justificaciones que tienen sentido y otras que no. A mi lo que me molesta cuando la gente da una opinión es que muchas veces hace sentencias diciendo "esto es así" o "esto no puede ser así", puesto que cuando das una opinión no puedes manifestarla como si fuese casi un dictamen sino que tienes que expresarla haciendo ver que ese es tu punto de vista y que "crees" que es la más acertada. Me ha gustado mucho la entrada, saludosss
ResponderEliminarCon respecto a que no haya opiniones erróneas. Si consideramos que la opinión es un paso previo al conocimiento, y no todavía conocimiento en sí, entonces aplicarle el criterio de verdad-falsedad no tiene mucho sentido. Pero, para que esto sea verdad, como tu bien dices, tienes que expresarla no como un dictámen sino como un juicio de valor.
EliminarNuño.