¿Quién (no) mataría a su profesor de Últimas Tendencias del Arte?

¡Oh las reminiscencias!

¿Qué es el arte? La respuesta canónica en mi fascinante clase de Últimas Tendencias de Arte ha sido invalidar la pregunta. Ante la pregunta "¿Has dejado ya de pegar a tu esposa?" responder sí implica que en algún momento sí la has pegado, responder no implica que todavía la sigues abusando. Sólo cabe negar el postulado que la pregunta arrastra (Véase Mu)

Siguiendo a Todorov, "Un postulado no necesita pruebas, pero su eficacia puede ser medida por los resultados a los que se llega cuando este se acepta", y aceptar la asunción de que hay una definición rígida de arte tan solo produce reflexiones que podemos considerar estériles. De manera análoga, ante la pregunta ¿Qué son las matemáticas? la respuesta difícilmente englobaría a todos los campos de la matemática actual y que tampoco tendría excesivo interés matemático. Sin duda, la definición de la Real Academia es insatisfactoria, siquiera tan solo por ser demasiado ambigua y extensa; parece englobar ciertas áreas de la filosofía como la lógica. ¿Entonces, es la lógica filosofía o matemática? ¿Importa?

Así, se sustituye el estéril concepto de arte por el más fértil de "propuesta artística", grosso modo restringida tan solo por la necesidad de un planteamiento teórico subyacente que pueda dar pié a un análisis. Ante esto, mi respuesta inmediata fue plantearle a mi profesor un cadáver exquisito (concretamente, su cadáver) como propuesta artística. Su planteamiento teórico subyacente sería la reacción contra la excesiva extensión del concepto de propuesta artística.

Y efectivamente, mi profesor concedió el límite moral como un tope a la extensión de la propuesta artística. Y, sin percatarse, da pié a la exploración de nuevas fronteras y muy interesantes propuestas artísticas, porque, ¿qué limites merece la pena infringir sino aquellos que nadie se atreve a traspasar?

Como nota final, una interesante frontera de nuestra sensibilidad es la que Regina José Galindo desgarra en su propuesta Mientras ellos siguien libres (Aviso, superlativamente explícito: https://www.youtube.com/watch?v=UXAZ50HOj6s&t=02). Y en esta asignatura se nos pide que analicemos esta propuesta. Lo cual es terrible; lo último que la autora pretende es que su obra sea desmenuzada analíticamente. Vale.


AQUÍ tienes el enlace de verdad. Todavía tienes la oportunidad de no verlo y quedarte con un buen sabor de boca al darte cuenta de que, para enfatizar la monstruosa inteligencia del Doctor, le encontramos escribiendo no solo la fórmula de la cosecante hiperbólica y algo que tiene que ver con la ley de Biot-Savart, sino también las identidades notables (a + b)2 = a2 + b2 + 2ab y (a - b)2 = a2 + b2 - 2ab.

Platonismo: FAQ

Atención: Las opiniones y creencias expresadas en esta entrada no necesariamente expresan la posición de todo platónico. Considérese a esta FAQ (Frequently Asked Questions) como un punto de partida; responde a muchas de las preguntas de aquellos ajenos al platonismo, pero de ninguna manera representa de manera comprensiva, total y definitiva toda la teoría platónica.

¿Por qué no intenta el filósofo más que morir y aceptar sus consecuencias?

El filósofo aísla su alma en si misma, ya que el cuerpo turba al alma y le impide alcanzar la verdad. Pero, ¿qué es la muerte? La separación de alma y cuerpo. Dado que no es posible lograr el puro conocimiento mientras permanezcamos unidos al cuerpo, sólo después de la muerte gozaremos de conocimiento total.

Así, ¿no sería ridículo que un hombre que se haya preparado duramente toda su vida para vivir en un estado lo más próximo a la muerte sintiera indignación al verla llegar?

¿Qué es la reminiscencia? ¿Qué implicaciones tiene?

La reminiscencia es cuando al ver a Oliver, te acuerdas de Benji, o cuando al ver un retrato de Oliver, te acuerdas de Oliver. La reminiscencia es un acordarse de algo olvidado, y surge tanto de lo separado como de lo diferente.

Ahora bien, ¿cómo, habiendo visto con los sentidos ejemplos concretos e inferiores de lo igual, podemos llegar a la Igualdad en sí misma? ¿Como, viendo dos árboles muy semejantes que no son exactamente iguales, llegamos, no a la idea de que dos cosas sean en todo iguales, sino a la Igualdad en sí misma? Por reminiscencia, y cuando alguien ve una cosa y recuerda otra, es necesario que haya conocido antes la otra.

Es decir, es preciso que hayamos tenido un conocimiento anterior de la Igualdad, anterior a nuestros sentidos. y por tanto anterior a nuestro nacimiento. Pero lo hemos debido olvidar, pues si no, lo recordaríamos. En tal caso, el alma existía ya antes de tener forma humana y poseía la capacidad de pensar. Ergo los que aprenden no hacen más que recordar, y la ciencia no será sino reminiscencia.

¿Por qué es el alma inmortal?

Porque todas las cosas nacen de sus contrarios, ya que si no lo hicieran y lo hicieran en línea recta, todas las cosas llegarían a un mismo término y finalmente se acabarían; si lo vivo no nace de lo muerto, entonces terminaríamos llegando a un fin estático y muerto, y si lo muerto no nace de lo vivo, entonces terminaríamos llegando a un fin estático y vivo.

De esta forma, la vida y la muerte nacen de su contrario, y el morir tiene su generación contraria en el renacer. Así, las almas de los muertos están en alguna parte, de donde renacen. Enlazando el argumento de los contrarios con la reminiscencia, podemos concluir que: Dado que la vida nace de la muerte, y que el alma existía antes de nacer, es necesario que el alma del nacido proceda del alma del muerto. Así, ¿cómo no va a ser necesario que el alma sobreviva aún después de la muerte, ya que es preciso que nazca de nuevo?

Pero, ¿por qué no se disuelve el alma cuando sale del cuerpo?

¿Cuáles son las cosas que se disuelven? Aquellas que tienen elementos componentes. Ahora bien, podemos establecer una división entre, en primer lugar, la Igualdad, la Bondad y aquellos entes que se mantienen siempre en el mismo estado, y en segundo lugar los caballos, trajes, muebles y demás cosas, que nunca son imperecederos.

El alma parece más invisible, inmaterial, y cuando actúa por sí misma, tiende a cosas de su misma especie. Asimismo, a lo divino le corresponde mandar, y el alma rige sobre el cuerpo. Ergo se engloba en el primer grupo, y al no ser compuesta, no se disolverá.

Por otro lado, el cuerpo es invisible e inmaterial, y cuando el alma se sirve del cuerpo, este le arrastra hacia los elementos del segundo grupo. Por eso, tras la muerte, el cuerpo se corrompe, incluso si es embalsamado, como hacen los egipcios.


¿Cuál es el destino del alma tras la muerte?

El platonismo no responde de manera sólida a este asunto, sino que tiende a emplear mitos, en ocasiones mutuamente excluyentes, que apuntan hacia la misma, esencia, que de otra forma sería extremadamente difícil de expresar. No obstante, una buena primera aproximación es la siguiente:

Las almas de las personas cívicas se dirigirán a cuerpos de abejas o de humanos, para ser hombres de bien, mientras que el alma de aquellos que en vida se han abandonado a la glotonería, la intemperancia y el impudor o la injusticia y el robo, se aleja del cuerpo manchada e impura y se reencarnará ora en animales como asnos y semejantes, ora en lobos o halcones.

Por otro lado, si al abandonar el cuerpo el alma se mantiene pura y recogida en sí misma, entonces se dirige a un lugar semejante a ella, aproximándose a la naturaleza de los dioses. Pero esto es totalmente imposible para quienes no hayan filosofado, para aquellos cuyas almas no hayan abandonado el cuerpo purificadas.

Es por eso que el filósofo se aleja de los placeres, deseos, penas y temores, no solo para evitar los males sensibles, sino también en profilaxis contra el mal último: El alma sometida a un dolor o placer intensos está totalmente convencida de que la causa de tales sentimientos es real, cuando en verdad no lo es. Y en tal situación no puede purificarse, y al separarse de un cuerpo en seguida se reencarna, permaneciendo alejada de todo cuanto sea puro, simple y divino.

¿Por qué no podría suceder que el alma fuera como una armonía, que al romperse la lira, también terminase?

Si aceptamos la doctrina de la reminiscencia, entonces el alma existía antes de animar el cuerpo, mientras que en la lira, las cuerdas son anteriores a la armonía. Asimismo, el alma da órdenes y se opone a los deseos del cuerpo, pero la armonía no puede oponerse a los designios de la lira. Es por esto por lo que el alma no puede ser como una armonía, sino que es inmortal.

A pesar de que el hombre es más duradero que cualquiera de los trajes que lleva, puede haber un último cuerpo y un traje que le sobreviva. ¿Por qué no puede habitar el alma en muchos cuerpos, y luego perecer?

El fuego nunca será fuego y frío al mismo tiempo, y el 3 nunca será 3 y par al mismo tiempo. Por tanto, existen ciertas cosas que, sin ser lo contrario a otras, las rechazan, de la misma forma que el tres no es lo contrario de lo par pero no lo acepta.

Nos podemos preguntar, entonces, ¿qué debe existir en el cuerpo para que este esté vivo? El alma. Luego el alma siempre trae con ella la vida, y nuca recibirá lo contrario de lo que lleva en sí misma. Ergo el alma es inmoral e imperecedera.

Por último, cabe añadir que si la muerte lo disolviera todo, esto sería ventajoso para los malos, y los platónicos mantenemos la firme esperanza de que hay algo más allá, algo que tiene mejor trato para los buenos que para los malos. El gran filósofo alemán Kant coincide en esto con nosotros.

Desaceleración

Yo lo he intentado, pero no puedo compaginar dos entradas a la semana, dos manos, dos carreras, dos amigos (¿tres?¿cuatro?¿más?), dos novias, dos legiones (una los martes y otra los viernes), un idioma y un cuerpo al que tengo bien abandonado. Ya lo dijo el malo de La princesa prometida: Tyrone, you know how much I love watching you work, but I've got my country's 500th anniversary to plan, my wedding to arrange, my wife to murder and Guilder to frame for it; I'm swamped. Ergo reduzco mi otrora frenético ritmo de publicación a tan solo algunos domingos. El próximo traerá algo bonito, pero hoy, os dejo un comic:

Contra la sintaxis

Creo que los Sintagmas preposicionales, y generalizando, la sintaxis en general, no tiene una naturaleza clara sino una mucho más caótica de lo que el ordenado análisis sintáctico escolar y sus ínfulas de rigurosidad nos ha dado a entender.

Consideremos los siguientes ejemplos: En primer lugar, el par "Siempre hay algún tipo de relación recíproca entre el espectador y la obra" y "Siempre hay relaciones recíprocas de algún tipo entre el espectador y la obra". Y en segundo lugar "La perra de tu prima", que puede ser análogo tanto a "El libro de tu abuelo" como a "El imbécil de mi padre".

Cuando dos construcciones pueden tener una estructura tan diferente y  un significado tan parecido, tan parecido que cualquier diferencia se podría achacar a fantasmagorías que surgen precisamente del análisis sintáctico, y cuando simultáneamente pueden tener una estructura aparentemente idéntica y significados inconexos, en definitiva, cuando la clasificación no conduce al conocimiento, entonces merecemos el doctorwhoesco apelativo de Puddinghirne.


Pero además esto es generalizable a incluso al concepto, esta vez morfológico, de adjetivo. Uno pensaría que todos los adjetivos son igual de adjetivos, pero resulta que algunos son  más adjetivos que otros. Es decir, hay un espectro entre el adjetivo y el verbo. "He sido irritado/convencido" < "Está irritado/convencido" < "Es irritante/convincente" < "Es vulgar". Si consideramos la frase en alemán "Es ist überraschend", esta se traduce literalemente como "Es soprendente", pero soprendente es un adjetivo mientras que überraschend es un verbo (un participio).

Ya se veía venir cuando nos dimos cuenta de que los CReg no se regían por principios universalizables, pues no eran ni programables ni predecibles ni traducibles. Posiblemente deberíamos leer alguna tesis doctoral sobre el tema, y tenemos a Chomsky pendiente, pero de momento parece que las relaciones morfosintácticas son tan solo dictadas por la convención intrascendente.

Y no solo lo parece, sino que además lo es. Induciendo a partir de los finitos pero suficientes ejemplos anteriores, concluimos que el edificio de la sintaxis ha debido ser creado por una casta y por ello es, en último término, franquista. Y a aquellos errejonistas que digan lo contrario (tal vez defendiendo la verdaderamente ridícula opinión de que el asunto es más complicado que una entrada) no se les puede sino alentar firmemente hacia la ortodoxia.

Cínico Cadalso

Cómo me divierto al encontrarme fragmentos punzantes:
"Siempre que las bodas no se forman entre personas de iguales en haberes, genios y nacimiento, me parece que las cartas en que se anuncian estas ceremonias a los parientes y amigos de las casas, si hubiera menos hipocresía en el mundo, se pudieran reducir a estas palabras: «Con motivo de ser nuestra casa pobre y noble, enviamos nuestra hija a la de Craso, que es rica y plebeya». «Con motivo de ser nuestro hijo tonto, mal criado y rico, pedimos para él la mano de N., que es discreta, bien criada y pobre»; o bien éstas: «Con motivo de que es inaguantable la carga de tres hijas en una casa, las enviamos a que sean amantes y amadas de tres hombres que ni las conocen ni son conocidos de ellas»; o a otras frases semejantes, salvo empero el acabar con el acostumbrado cumplido de «para que mereciendo la aprobación de vuestra merced, no falte circunstancia de gusto a este tratado», porque es cláusula muy esencial". Carta XXII, de Cartas Marruecas 

"Pasad al libro cuarto, que es el más bonito; decid lo de la selva, tempestad, cueva, etc. y deste modo tomad una flor de cada ramillete, por toda la extensión de la obra; y todo el mundo os tendrá por grandes poetas, y tan grandes que os encargarán acabéis los versos que lo necesitan en la Eneida. De más a más habéis de insinuar con aire misterioso, y como si él mismo hubiera venido a propósito del otro mundo para decíroslo al oído, que si Virgilio hizo tan llorón y tan supersticioso a su héroe fue por lisonjear a Augusto, cuyo carácter era muy análogo al fingido de Eneas; y no olvidéis la palabra análogo, por amor de Dios, porque ya veis que es muy bonita". Los eruditos a la violeta.
Nótense las numerosas similitudes entre ambos, a pesar de los intentos de Cadalso de pretender chanelar español marroquízado.

Algunas bonitas palabras en desuso

Buscando en el omnisapiente Google, con los indescifrables símbolos "site:dle.rae.es adv. desus" encontramos los siguientes pintorescos adverbios:

demientra: adv. desus. mientras

manteniente (Del ant. part. act. de mantener.): adv. desus. En el momento, al instante.

Y ¿qué es el "ant. part. act"? El antiguo participio activo de "mantener"; En el español "quedan gran número de substantivos cuya etimología se remonta a antiguos participios de futuro activos latinos: armadura, factura, fisura, ligadura, limadura, metedura". También hubo participios activos, los cuales "hoy se integran, en su mayor parte, en la clase de los adjetivos, (alarmante, permanente, balbuciente...), o de los sustantivos, (cantante, estudiante, presidente...); algunos se han convertido en preposiciones, (durante, mediante...), o en adverbios, (bastante, no obstante...)". [Léase más en Wikipedia o en la R AE]

Y, en cierta medida, estos métodos de derivación siguen hoy vigentes: Sin que la RAE las reconozca, puedo decir y se me entiende: una figura distrayente, una lectura capturante, una mirada magnetizante, una campaña desprestigiante. Una afeadura horripilante, una alargadura del periscopio, una cagadura o meadura de perro, etc.

contino, na 1. adj. desus. continuo.

luengo, ga Del lat. longus. Sup. irreg. longuísimo; reg. luenguísimo. 1. adj. cult. largo. 2. f. desus. dilación (‖ demora, tardanza).

He introducido "longuísimo" en una conversación con mis amigos y cuando me corrigieron, zasca. 

denante Del lat. de in ante. 1. adv. p. us. antes (‖ con idea de prioridad de tiempo).

puridad Del lat. purĭtas, -ātis. 1. f. Cualidad de puro. 2. f. desus. Cosa que se tiene reservada y oculta. 3. f. desus. Reserva, sigilo.

en puridad 1. loc. adv. En realidad, en sentido estricto, a decir verdad. 2. loc. adv. desus. Claramente o sin rodeos. 3. loc. adv. desus. secretamente.

En puridad no está en desuso; tras leer El Conde Lucanor mi círculo de amistades lo usa con bastante frecuencia.


malavez Tb. mala vez. De malavés. 1. adv. desus. apenas.

dende Del lat. deinde 'después'. 1. adv. desus. De allí; de él o de ella; desde allí. U. c. vulg. 2. prep. desus. desde. U. c. vulg.

a macha mazo 1. loc. adv. desus. a machamartillo (Con gran firmeza o convicción).

rafez 1. adj. desus. Vil, bajo, despreciable, de poco valor. de rafez 1. loc. adv. desus. Con poco esfuerzo, con facilidad.

allende
Del lat. illinc 'de allí'.
1. prep. cult. Más allá de. Su fama se extendía allende nuestras fronteras. Se dirigió hacia allende las dunas.
2. prep. cult. Además de, fuera de. Tomaron el vino que habían traído, allende lo que había en la bodega.
3. adv. dem. cult. De la parte de allá, al otro lado. Los que consiguieron atravesar los Andes, permanecieron allende. U. a veces con un complemento introducido por la preposición de. Los vio allende de la valla.
4. adv. dem. cult. La parte de allá, el otro lado. U. precedido de prep. U. a veces con un complemento introducido por la preposición de. Vinieron de allende de las colinas.
5. adv. cult. además. U. con un complemento introducido por la preposición de. Allende de ser hermosa, era discreta.

desús Del lat. de 'de' y sursum 'hacia arriba'. al desús 1. loc. adv. desus. encima.

La definición de "desús" es inadvertidamente autorreferente.

onde Del lat. unde 'de donde'. 1. adv. desus. En donde. 2. adv. desus. De donde. 3. conj. causal. desus. Por lo cual, por cual razón.

Intuyo que recientemente este adverbio renace, por aféresis de la de de dónde.

Por último, de los creadores de "Sube arriba", "Bajad abajo", "Entra dentro" y "Salid fuera" llega "Retrotraigámonos hacia atrás", que ha llegado a mi atención cortesía de uno de mis profesores de matemáticas.

Teorías de la cultura

Frente a un concepto amplio de cultura, se prefiere uno que, abarcando menos, revele más. Para ello Kessing recorre las diferentes teorías de la cultura, comenzando por (la perspectiva que entiende a) las culturas como sistemas adaptativos, la cual considera que la adaptación genética al medio se complementa mediante la adaptación cultural. Pone énfasis en los factores productivos, con la expectativa de que los cambios comiencen en los aspectos ligados a la producción, y concibe a los sistemas ideacionales como algo epifenoménico.

En oposición y contraste encontramos las múltiples teorías ideacionales de la cultura. De entre ellas, la cultura como sistema estructural entiende que las condiciones materiales constriñen pero no explican la cultura; en el mundo de la cultura el hombre impone su propio orden. Las culturas se perciben como sistemas simbólicos compartidos, como una acumulativa creación de la mente. Esta transciende a los actores individuales, si bien las estructuras de sus dominios revelan la estructura de las mentes que las generan.

Extremadamente similar es la cultura como sistema simbólico, que también entiende a los sistemas culturales como ‘ideacionales’, un cuarteto de Beethoven, al igual que las culturas, trasciende sus interpretaciones concretas. Aquí interesa estudiar los significados compartidos, si bien existe el peligro de encontrarle coherencia interna a un sistema viable pero torpe y contradictorio. Dentro de esta tendencia, Schneider, de forma poco seria, afirma que “La cultura, en algún sentido, existe por si misma, independiente de sus manifestaciones imperfectas en los pensamientos y acciones de los que las incorporan”. Por otro lado, cuando Geertz afirma (o cuando Kessing afirma que Geertz afirma) que la cultura está entre la gente quiero creer que está siendo de alguna manera metafórico, de forma similar a cuando se dice que ‘Comala es un personaje más de Pedro Páramo’.


La idea que defiende el autor, muy bonita filosóficamente, es entender la cultura como sistema cognitivo, la teoría parcialmente inconsciente que cada individuo tiene sobre lo que los compañeros saben y creen, la teoría sobre el código común, las reglas del juego. Y ya que hay variedad entre modelos individuales, la descripción cultural siempre será un abstracto. Asimismo como réplica al adaptacionismo, Kessing matiza que lo que está directamente formado por presiones selectivas es cómo viven los seres humanos, no cómo conceptualizan el juego de la vida (!). Estas dos ideas son verdaderamente fascinantes, la primera revela el interesante hipotético de dos conceptualizaciones diferentes para una misma forma de actuar, por ejemplo una coronación ficticia, burlesca y con sorna, como la de Quasimodo, y una verdadera, como la de la reina de Inglaterra, que siguieran el mismo ritual.

También señala que las adaptaciones culturales pueden ser tanto a las presiones de la psique humana como al ambiente externo. Por tanto, esta última perspectiva tiene como ventaja el hacer hueco a la influencia biológica en la cultura, y en especial a la estructura de la mente, aspectos sin los cuales cualquier análisis antropológico se volvería un mero ejercicio literario.

Esquema:

1. Adaptacionismo cultural
 2. Teorías ideacionales de la cultura
2.1. Sistemas simbólicos compartidos, acumulativas creaciones de la mente
2.2. La cultura como sistema simbólico, como un cuarteto de Beethoven
2.3. La cultura como sistema de conocimiento.

Bibliografía:

KESSING, ROGER M. Theories of culture, Annual Review of Anthropology, 1974, pp. 73-97, tal y como es recogido en VELASCO, HONORIO M. Lecturas De Antropología Social Y Cultural: La Cultura Y Las Culturas. 3ª ed. Madrid: UNED, 2010.

Diez objeciones al pensamiento crítico

1) El pensamiento crítico tal y como hoy se entiende y practica es, en última instancia, hipócrita, pues pretende cuestionar todo sin cuestionar ni a los valores en los que nuestra sociedad se fundamenta ni a sí mismo. Es decir, no escapa al etnocentrismo. Plantear siquiera la pregunta "¿Son los judíos inferiores?" sería extraño, sospechoso, inapropiado, incluso aunque los resultados revelasen que la comunidad judía tiene cerca de diez puntos de IQ más que la población general (Véase este estudio: https://www.cambridge.org/core/journals/journal-of-biosocial-science/article/natural-history-of-ashkenazi-intelligence/170E96F5581A9F39524DAC717886D945) o que tienen una representación desproporcionada en los premios Nobel.

2) El pensamiento crítico tiende a asumir que hay una verdad absoluta, a la que se llega mediante el pensamiento crítico.

3) El pensamiento crítico deja de tener ángel al ser coartado y definido por el espacio de posibilidades que nuestra sociedad considera aceptable (véase la ventana de Overton); enmascara nuestros valores. Surge de occidente y no sale de ahí. Por ejemplo el IBO, organización que pretende ser global y genial no considera a la cultura grecorromana como un sistema indígena, pero sí a todo lo demás. En relación a esto, veáse http://www.nytimes.com/2016/07/03/opinion/sunday/the-myth-of-cosmopolitanism.html

4) El pensamiento crítico define por oposición un pensamiento no crítico y común. De esta forma instaura una élite, fomenta la arrogancia y el desprecio hacia los camaradas más simples.

5) No enseñes a apreciar ni al buen chocolate ni al pensamiento crítico. Si enseñas a alguien a apreciar el buen chocolate, le impides saborear el chocolate de supermercado; sustituyes una fuente de disfrute fácil y barata por una difícil y cara, que además nadie comparte. Y no hay vuelta atrás.

6) El pensamiento crítico impide la opción de Aura mediocritas:

En un viejo país ineficiente, 

algo así como España entre dos guerras 
civiles, en un pueblo junto al mar, 
poseer una casa y poca hacienda 
y memoria ninguna. No leer, 
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas, 
y vivir como un noble arruinado 
entre las ruinas de mi inteligencia.

7) El conformismo lleva a una plácida resignación. El pensamiento crítico lleva al resentimiento, el resentimiento lleva al sufrimiento y el sufrimiento lleva al lado oscuro.

¡Es UN ZAPATO!
Recientemente me he dado cuenta de que jugar a Copas (una variante más simple de Lobo, o Pueblo duerme) de manera irracional, caótica y vitalista es mucho, mucho más divertido que jugar de forma cerebral.

8) En nuestra sociedad el pensamiento crítico es una maladaptación. Tal vez replicar a tu jefe o a tu padre sea lo correcto en un sentido profundamente metafísico, pero en la vida real tal vez te despida. En el día a día, la ineficiencia es muestra de lealtad, aprecio o amor.

9) El pensamiento crítico es peligroso si se utiliza su forma pero no su fondo, por ejemplo al partir de conclusiones a priori. Véanse las vías tomasinas.

10) El pensamiento crítico complica innecesariamente lo inmediato del sentido común y produce intranquilidad. Ahuyenta la felicidad del manso.

11) Sus resultados no son aceptados. Si le dijese a mi abuela que por pensamiento crítico he llegado a deducir que Podemos es el mejor partido para España, me desheredaría. Si le dijese a algún amigo comunista que, por pensamiento crítico, he llegado a la conclusión de que el PP es el mejor partido para España, tendría un amigo menos.

12) El pensamiento crítico es obstruido, casi imposibilitado por la ineludible irracionalidad del ser humano. Véanse Kahneman et al.

13) El pensamiento crítico es un mito. Lo adecuado sería haber comenzado esta lista con una caracterización del pensamiento crítico, pero la mejor definición que he podido obtener ha sido "alcanzar la verdad con el sólo ejercicio de la reflexión" ¿Alguien puede definirme con gran precisión qué es exactamente el "pensamiento crítico"? ¡El término es tan difuso que no significa nada! Si alguien menciona el "pensamiento crítico", os está intentando vender algo.

Semaforus: Por qué los madrileños cruzan bien en rojo

Me ha mantenido despierto muchas noches el misterio de la asombrosa habilidad de los madrileños de cruzar la calle cuando les place, evitando los coches (todos los coches). La respuesta, a posteriori, se me revela obvia y trivial: Esta capacidad es el resultado de una fortísima presión evolutiva: poder cruzar semáforos en rojo supone una beneficiosa adaptación y por tanto una no negligible ventaja comparativa.

De esta forma, tras cierto número de generaciones, aquellos que son incapaces de cruzar habilidosamente son inevitablemente atropellados, mientras que aquellos que sí pueden sobreviven y transmiten sus superiores genes a sus descendientes. No obstante, si bien el argumento holístico parece robusto, es sin duda todavía necesario examinarlo con más profundidad y responder a aquellos que pudieran argumentar que, como el matrimonio o la relación sexual no dependen directamente de las destrezas semafóricas, la presión evolutiva no es tal.

A quienes afirmasen tal ridiculez no se les podría sino responder mediante un robusto modelo matemático. Pretendamos que, en el inicio de los tiempos, antes de la llegada del automóvil a la urbe, encontramos una población homogénea en cuanto a habilidad evasivo-semaforística (y nos es indiferente quel lector nos de o no la razón en este punto, ya que de alterarse es trivial comprobar que se llega a idénticos resultados, si bien posiblemente en un período de tiempo más prolongado). Podemos así, por golpe de definición, asignar un 1 a los totalmente ineptos y un diez a aquellos verdaderamente excelente, de forma similar a la tribal tradición de juzgar en una escala similar a las féminas, asignando el 1 a las verdaderamente horripilantes y el 10 a las inusitadamente arrebatadoras. 

Asimismo, postulamos que la población permanece constante y que, grosso modo, el riesgo de morir atropellado disminuye con el inverso de la puntuación en nuestra escala. Así, si el inverso de 3 es 1/3 y el inverso de 10 es 1/10, la probabilidad de muerte de un 3 y la de un 10 se relacionan tal que 1/3: 1/10 → 10:3. Asimismo, si queremos ser consecuentes con el paradigma darwinista, debemos implementar cierta mutación, quen nuestro modelo afectará por cada generación a uno de cada 100 sujetos negativamente y a otro positivamente. Aquí recordamos las palabras de Todorov: 'Un postulado no necesita pruebas, pero su eficacia puede ser medida por los resultados a los que se llega cuando este se acepta'.

¿Ahora bien, a qué resultados llegamos?. Mediante el siguiente experimento informático, realizado gracias a un código de este servidor, disponible en el siguiente repositorio: https://github.com/ NunoSempere/Semaforus, obtenemos la siguiente evolución demográfica:



Comienza con una población de 1000 individuos repartida de forma homogénea en cuanto a habilidad del 1 al 10 en el eje y. Tras ser sometida a las presiones demográficas que ya hemos comentado (para más detalle véase el código), tras unas meras 1000 generaciones, la última fila ya casi ha desaparecido, y simultáneamente se alcanzan cotas superiores verdaderamente asombrosas.

¿Cuál es la moral de esta historia? Quel texto pseudo-científico permite llegar a conclusiones absurdas. Esto por sí mismo sería inofensivo, pero resulta quen numerosas ocasiones, el diálogo experto simplemente es incomprensible por el lego. A cuento de esto, recuerdo una historia en la cual en la corte de Catalina la grande, para callar al ateo Diderot, Euler exclamó: "a + bn / n =x, y por tanto, Dios existe". Diderot, no sabiendo matemáticas, no pudo responder.

Y por tanto debemos ignorar el falso cientifismo que dice que cruzar rápido semáforos el resultado de una presión evolutiva, o que la tierra es plana. Permítaseme una breve pero necesaria digresión: De existir un Dios, este deberá ser antítesis de lo móvil y de lo voluble, pues si es movido por algo que no es él mismo, no será causa primera, y por tanto no será Dios. Y este Dios, siendo inmóvil, será una fuente de orden para este nuestro constantemente mutante mundo. Y este orden primero sólo se podrá manifestar en biyección con el orden ya presente en el mundo, es decir, mediante la ley. 

¿Y qué ley encontramos en la pregunta que nos atañe? Indudablemente, la ley del semáforo. Un semáforo que nos atrae mediante la vía de la eficiencia y de la finalidad, Y por eso los madrileños pueden cruzar la calle en en rojo, porque Semaforus les protege mientras se mueven amorosamente en su dirección. Tan solo ocurre que al pasar a la otra acera se desprenden de la íntima conexión con Semaforus, despiertan como de un sueño y siguen con sus tristes vidas.

Como últimas palabras, planteo la siguiente pregunta: Si bien ambos erran, ¿cuál está menos mal, el modelo matemático espurio o el culto a Semaforus?

La caja china

¿Qué es la suma? La suma es un procedimiento matemático, en concreto una operación (del español operación). Siendo más específicos, la suma es, digamos, una forma de adición; dados dos números el resultado de sumarlos es un tercero tal que, si le es restado el uno es obtenido el otro y viceversa. La resta es, como es por todos conocidos, la operación inversa de la suma. 

Entre las propiedades de la suma encontramos la propiedad conmutativa y la asociativa. El siguiente paso lógico a la suma es la multiplicación, que también es una operación, y ambas operaciones comparten la propiedad distributiva, es decir, la suma es distributiva repecto de la multiplicación. Aunque ambas operaciones fueron descubiertas en la Antigüedad, no fueron afinadas hasta el s. XIX, con el descubrimiento por parte del matemático Peano de la noción clave de 'sucesor'.

Y si alguien no supiera qué es la suma, entonces podría confundir los dos párrafos anteriores con conocimiento e incluso producir algo similar y considerarlo, ufano, valioso. Pero a pesar de no tener el ejemplo errores flagrantes, y como nosotros sí sabemos intuitivamente que és la suma, se huele quel proceso pedagógico que hubiese producido ese texto hubiera sido lamentable y quel diploma que dicha pedagogía certificase carecería de valor, pues el estudiante no captura un concepto ni posee intuiciones, sino que ha producido, a lo sumo, una elegante ofuscación.

Imaginemos ahora el siguiente escenario: Un estudiante se sienta delante de un examen, saca un libro, y en función de la pregunta va al capítulo relevante y copia el texto adecuado. Así, si se le pregunta el Tema Θ: La Ética de Kant transcribirá muy minuciosamente ciertas palabras ya prededeterminadas. Y entonces nos preguntamos, ¿dónde está, si es que está, el conocimiento sobre Kant? Una posible respuesta sería que está en la mente del corrector; sólo él entiende qué significa 'ética autónoma' y al estudiante le sería indiferente si en vez de 'ética autónoma' el libro pusiera 'moscardón adiabático'

Postulemos ahora una estudiante que en vez de transcribir escriba, o que transcriba entendiendo. A nivel del corrector no hay diferencia entre el uno y el otro, el entender no produce un perfume especial ni trasciende hacia el corrector a través de la estilización de la letra. Porque si sólo tenemos las palabras no sabemos si han sido escritas por Pierre Menard, por Borges, porCide Hamete Benengeli o por Cervantes y por tanto no se puede medir con unos burdos temas prescritos si una mente tiene ángel. 

Notas sobre el derecho a voto de los presos

(Se adjunta selección del intérprete jurado Guzmán Hernández de Fenwick de un debate sobre el tema titular, así como adiciones posteriores)

Había en India muchas serpientes y el gobierno organizó un programa para pagar dineros por cada serpiente matada. ¿Qué creéis que pasó? Surgieron granjas de serpientes, y cuando el gobierno se dió cuenta, puso fin al programa. Entonces las granjas se cerraron y se pusieron a las serpientes en libertad, exacerbando el problema inicial.

Este es tan solo un ejemplo de un fenómeno más general, en el que yo pienso como 'incentivos perversos'. Otra manifestación suya son los exámenes de nuestro sistema educativo, en el cual, habiendo poco tiempo y mucho temario, existe la presión pragmática de estudiar para el examen, en vez de para aprender. Asimismo, la ley de Goodhart afirma que cuando un indicador socieconómico se convierte en un objetivo de políticas socioeconónimas, pierde su fiabilidad como indicador, pues algunas naciones tienen el perverso incentivo de desviar recursos para inflar sus índices.

Concluyendo esta digresión,retirarcho a voto a la población de prisión crea el perverso incentivo de criminalizar actividades propias del sector demográfico que vota a tu rival. Esto sucede, por ejemplo, con los republicanos de EEUU, que oponen una resistencia feroz a la decriminalización del canabis en parte porque este delito encarcela a minorías de tendencia demócrata. Y por esto no se debería retirar el voto a los presos.

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Y es por esto que algunas Constituciones, como la alemana, poseen claúsulas pétreas. Y aquí radica la diferencia entre consitucionalismo y democracia.

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Sin embargo, se debe recordar que la desobediencia civil implica aceptar la pena. (!)

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Pero, ¿cuál es la función de nuestro sistema legislativo? Se han explorado muchas perspectivas, en especial las referentes a la rehabilitación, pero nadie ha considerado que su labor sea evitar el linchamiento público, garantizar un cierto orden. Y desde esta perspectiva, retirar el voto es simplemente inncesario.

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Y la perspectiva que has mencionado es compartida por un célebre jurista estadounidense, que propone 'hacer el bien y dejar que la ley te alcance'.

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Pero habéis hablado del derecho al voto como algo importante. Pero no lo es, el impacto de un voto es ínfimo. La propuesta radical que distingue a la democracia de otras formas de gobiernos no es ese voto, en sí minúsculo, sino la posibilidad de participar en las estructuras de poder, en especial la posibilidad de gobernar uno mismo.

En este sentido, Raquel López Melero (Breve historia del mundo antiguo) plantea en su introducción a la democracia ateniense, que "La creciente tendencia de nuestras democracias a limitar la legitimidad de las actuaciones de los gobernantes a su conquista del poder a través de las urnas y la creciente insatisfacción cívica que vienen produciendo estas actuaciones, está llevando a plantear ael problema de la nula influencia, no ya participación, de los ciudadanos en la gestión de los intereses comunes".

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Y sin embargo, aunque un voto sea ínfimo, un movimiento social sí puede canalizarlo.

Freedom regained, de Julian Baggini

El caso es que en mi universidad nos mandaron leer el libro Freedom regained, sobre el libre albedrío, para discutirlo juntos el primer día. Y discutiendo esto con Nuño un día le pareció que el libro decía alguna cosa curiosa y me pidió que le hiciera una reseña (reseña que llega con algunas semanas de retraso). Y ahora que ya discutí el libro aquí en la universidad, pues ya puedo hacer aunque sea una pequeña reseña.

En el libro, Julian Baggini trata de defender el libre albedrío frente a las tendencias y descubrimientos modernos que lo ponen en peligro (como la genética, la neurociencia...), así como redefinirlo para lograr una nueva concepción del mismo que nos permita comprenderlo mejor y resolver problemas asociados a él, como la culpa, la responsabilidad, etc.

En los primeros capítulos, el autor hace un gran trabajo refutando muchas ideas erróneas comunes que se tienen sobre el libre albedrío, como por ejemplo que implica un proceso consciente y racional. De entre todas esas disquisiciones, la más relevante e interesante es sin duda la parte en la que refuta la idea de que el libre albedrío implica “poder haberlo hecho de otra manera”. 

Baggini expone que esto es falso y una estupidez. Si tu pareja te propone matrimonio, tu responderás sí o no en función de una serie de cosas: tu posición sobre el matrimonio, el tiempo que llevas con esa persona, si lo/la quieres, etc. “Poder haber hecho otra cosa” habría supuesto traicionarte a ti y a todo lo que quieres, además de que dadas esas mismas condiciones y ese mismo conjunto de valores habrías actuado de la misma manera. 
El mejor ejemplo de esto, que lamentablemente aparece mucho más tarde en el libro y que habría sido mucho más efectivo aquí, es los llamados “casos Frankfurt” por su desarrollador, Harry G. Frankfurt. Todos estos son casos en los cuales tomas una decisión libre pero obligada. ¿Cómo puede ser eso? Pongamos que la NSA y la CIA se han dado cuenta de que una victoria de Trump sería catastrófica para EEUU, así que deciden llevar a cabo un programa secreto que desarrolla unos implantes cerebrales indetectables que te hacen votar demócrata si vas a votar republicano. Un indeciso, que no sabe a quién votar, es una de las personas a las que se les instala secretamente el aparato. El día de la votación, al ir a coger su voto, decide votar demócrata. Esta decisión es libre, sin embargo no habría podido elegir otra opción por la acción del dispositivo alojado en su cerebro. 

Pero si el libre albedrío no es “haber podido hacer las cosas de otra manera”, ¿qué es? Aquí es donde el autor y el libro se pierden. El autor dice que el libre albedrío es cualquier acción que el individuo toma de manera personal, siguiendo sus criterios, ideas y valores, y sin coacción. ¿Cuál es el problema con esto? Que previamente él mismo nos ha dicho que todas nuestras ideas y valores no nos vienen de nosotros, sino de nuestros padres, nuestra experiencia, etc.

Y esto es lo que se llama determinismo, obviamente. Aun así el autor ignora este hecho, ya que intenta jugar a dos bandas aceptando toda la evidencia científica determinista mientras al mismo tiempo defiende el libre albedrío y niega la posibilidad de la existencia del alma, que podría escapar del determinismo material. El resultado, en mi opinión, es que no llega a ninguna parte: hasta por el camino mezcla el libre albedrío (libertad metafísica) con las dictaduras (libertad política). Esto no se nota al principio, pero una vez dejas reposar un poco el libro, te percatas de sus lagunas. 

En conclusión, el libro tiene un formato ameno (por la infinidad de entrevistas, citas, anécdotas, etc. recopiladas por el autor) que tiene ideas interesantes sobre asuntos relacionados con el libre albedrío y que te hacen reflexionar sobre él y sobre tu vida, pero no resuelve ni de lejos el dilema ya que simplemente demuestra la existencia del libre albedrío, pero en la manera en que él lo define. Y por último, aunque esto es más deformación profesional incipiente que otra cosa, eché de menos un desarrollo de los desafíos que la física cuántica plantea al determinismo moderno, que en mi opinión son de suma importancia.

Fdo: Salomón Posca [Véase también Motivación Personal de la exploración de Química]

Siete pequeños pueblos: Soluciones

Siete pequeños pueblos se encuentran unidos por una misma carretera. Si la distancia entre cada uno de ellos es un número entero de kilómetros y la distancia entre dos cualesquiera no coincide con la distancia entre cualquier otro par, ¿cuál es la distancia mínima a la que se encuentran el primer pueblo y el séptimo?

Parece inocente, pero no es trivial: Me he ganado dos cenas corrigiendo a un amigo (que luego deshonrosamente no han sido pagadas). Como prometido, e ignorado, la solución y el método se publica hoy, domingo.


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Como se puede comprobar, las soluciones son simétricas. No se pueden obtener de forma algebraica bonita, sino tan solo por fuerza bruta, es decir, por programación: https://github.com/NunoSempere/Siete-pueblecitos/tree/master

Siete pequeños pueblos...

Siete pequeños pueblos se encuentran unidos por una carretera recta. Si la distancia entre cada uno de ellos es un número entero de kilómetros y la distancia entre dos cualesquiera no coincide con la distancia entre cualquier otro par, ¿cuál es la distancia mínima a la que se encuentran el primer pueblo y el séptimo?

Parece inocente, pero no es trivial: Me he ganado dos cenas corrigiendo a un amigo (que luego deshonrosamente no han sido pagadas). La solución y el método serán publicados este domingo.


XVIII.IIIVX


Ayer tomaba como absurdas a las peticiones de una última muestra de cariño a los diecisiete y demás comentarios de similar índole que mi familia me hacía. Pero hoy, esta tupida barba que cubre mi ayer barbilampiño, imberbe rostro dificulta en gran medida el beso y veo que los comentarios que otrora percibí como banales, sociales e insulsos no eran tan absurdos.

No sólo me ha crecido una barba de un día para otro, también ha habido otros cambios. tanto físicos como psicológicos: Pelo frondoso en sobacos y pecho, una nuez de Adán más prominente, voz más grave. Y por supuesto, más testosterona, de tal forma que siento una compulsión casi patológica a tirarme al suelo y empezar a hacer flexiones. Dentro de poco me pareceré a Charlie Croker, de la cancioncilla que decía "Charlie Croker was a man in full. He had a back like a Jersey bull". Asimismo, han empezado a surgirme preguntas acerca de motores y cilindradas, fútbol y boxeo; he empezado a leer compulsivamente artículos de Marca y a despreciar las mariconadas de la literatura, los idiomas, el ajedrez, la Ética, la Numerología y demás niñerías. Por esta razón, anuncio el cierre de este infantiloide espacio al que sólo salvaba el ocasional sarcasmo; en breve mi transformación en el ideal de homo machus bravuconus será irreversible.

Si bien este pasado viernes defendía que dar el voto a los dieciocho años exactos era ilógico, y proponía un sistema con votos fraccionarios para evitar el problema de inducción que supondría adelantar la adquisición de nuestros derechos a los 18 años menos un día, ahora me doy cuenta de que la diferencia en madurez entre mi yo de hoy, y mi ur-yo es significativa, verdaderamente significativa: no me reconozco en esa cabeza atolondrada. Recuerdo todas las veces que mis padres me decían que 'ya de mayor lo comprenderás', y ciertamente saberlo todo al hacerme mayor tan de repente ha sido abrumador. Y así, entendiendo la totalidad de los estados de las cosas, me despido.

Fdo: Nuño Sempere, Superhombre.

Doctor Who Inverosímil

He estado viendo la serie Doctor Who en alemán, porque tanto mi Doppelgänger procrastinador como mi yo juicioso lo consideran una actividad aceptable, y resulta que esta serie da para cierto análisis. Producida por BBC Wales, narra las fantásticas aventuras de el Doctor, un alien que viaja en el tiempo y en el espacio, junto con una acompañante británica de la que en ocasiones se enamora y a la que con cierta regularidad reemplaza.

Los Dalek, los antagonistas más temidos del Doctor, son, en palabras de mi padre, saleros andantes (véase a la derecha). Pero a pesar de ello, o tal vez precisamente gracias a este tipo de detalles, la serie tiene ángel. En el género policíaco, la pregunta que guía al lector es "¿Quién cometió el crimen?". En Doctor Who la pregunta es más original y tiene más gracia: Es "¿Cómo de terrible se puede volver la situación sabiendo que el Doctor la arreglará de forma inverosímil?".

El Doctor es un personaje fundamentalmente báquico, disfruta de la vida, excepto cuando no lo hace. La serie es alegre, con fe en la humanidad, sin sombra de cinismo. Es simpática y por eso, a pesar de su posición antiutilitarista o de su candidez y de sus numerosas licencias creativas, a pesar, en fin, de que la novia sea demasiado encantadora (proverbio yidish), de alguna manera consigue ganarse al lector y suspender la incredulidad. No importa que un vampiroide beba sangre con pajita, porque de alguna forma, ¿cómo no iba a beber sangre con pajita un vampiroide?

En relación a ese ejemplo concreto, el decoro, en el sentido de pudor o de recato, se mantiene a rajatabla: No hay muestras de cariño más allá del beso y del abrazo y cuando alguien se muere tan solo se oye un grito. El mundo está claramente dividido en los personajes que nos importan y los que no, de tal forma que los segundos pueden morir en abundantes, abundantísimas cantidades y todavía dar lugar a un final feliz. 

Por último, en cuanto al aprender un idioma, hace ya un tiempo leí que repetir lo que los personajes dicen es un ejercicio útil, especialmente antes de un examen. He estado probándolo y creo que esta técnica merece la pena, en especial por tener como añadido el que mi hermana me mire con suspicacia porque cree que hablo solo.

Una interesante tesis doctoral de lingüística

Desde las fronteras de la investigación lingüística nos llega una tesis doctoral que afirma no haber encontrado correlación entre el tiempo de uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación, término curiosamente jamás utilizado en la selvática realidad) y la madurez sintáctica, ni diferencias significativas en este ámbito en comparación a generaciones anteriores.

El valor de este texto radica en la investigación que la autora lleva a cabo; se asume que una tesis es una aportación original a un campo y por tanto es, durante un instante, por ser la única, la mejor fuente sobre una materia específica. Que no es la matemática ni la estadística, pues podemos leer “"El 100% de las unidades-t tienen como promedio una cláusula subordinada" [cita verbatim]. Asimismo, la parte experimental se lleva a cabo con tan sólo 191 sujetos; tal vez 31 chicos y 31 chicas de 2ºESO sean insuficientes para dilucidar correlaciones entre la madurez sintáctica y sexo, curso, localización (rural y no urbano) y tipo de centro (privado o público). 

Intuyo que estas comparaciones particulares no sobreviven a una corrección Bonferroni, pero aún así la conclusión general se debería mantener. Adicionalmente, como la misma autora admite, la presencia de las TIC no es el único factor que ha cambiado desde los los años 90.

Hemos mencionado anteriormente la “madurez sintáctica”. Esta se define como la “Habilidad para realizar muchas incrustaciones en una cláusula, transformando y reduciendo oraciones simples a complementos”, o la “Habilidad para producir unidades sintácticas estructuralmente complejas”. Un ejemplo lo clarifica:

"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor".
Y en la primera oración del Quijote ¡33 palabras!¡Innumerables sintagmas! ¡Y todavía menos de la media de esta obra, que son casi 40 palabras entre punto y punto! Sucede que la madurez sintáctica se puede medir mediante un artificio llamado unidad-t, pero este resultaría endemoniado de programar, por lo que tan solo he podido llegar a escribir un programa, el cual se puede ver aquí [: https://github.com/NunoSempere/Oh-caracter-mi-caracter] que compute un sucedáneo: el número de palabras por oración para un texto dado.

Pero la autora sí se ha tomado la molestia de examinar cada texto y obtener diversas métricas, de entre las cuales destaca la unidad terminal (u-t). Esta se introduce con cautela; las primeras definiciones son confusas. No obstante, posteriormente se caracteriza como una división textual que incluye una oración coordinada y sus subordinadas dependientes. Así, los índices principales de madurez sintáctica son el número de palabras por u-t, el número de cláusulas (¿proposiciones?) por u-t y el número de palabras por cláusula.

En función de estos índices se confirma que la madurez sintáctica es proporcional a la edad, de tal forma que los niños más pequeños escriben sucesiones de oraciones simples que con la edad se asimilan como complementos a una oración principal. La madurez sintáctica se alcanza a los 17 años y se mantiene, a no ser que el sujeto realice un trabajo que requiera de práctica continua de la escritura o reciba un entrenamiento mayor.


Escondido y sin gran relación con la línea principal de la monografía encontramos un breve y bonito paralelismo entre la evolución histórica del idioma español y la adquisición de distintos procedimientos lingüísticos por parte de los niños. Asimismo, encontramos un prolongado compendio de la literatura sobre cómo se emplea el lenguaje en Whatsapp y medios similares.

En este ámbito, una idea particularmente interesante es la “carga de oralidad”; al enviar un mensaje de texto se reproducen gráficamente procedimientos orales: “el mensaje se siente como un enunciado hablado”. Resulta curioso leer a lingüistas estudiar y analizar procedimientos que veo cada día (véanse la página 52 y circundantes), así como las actitudes con las que se utilizan: Estamos condicionados por el poco tiempo que creemos tener, y por el poco espacio que tenemos. Combinamos dejadez y creatividad, dicen.

Utilizamos con frecuencia el imperativo en infinitivo (“Tirar el ancla” en vez de “Tirad el ancla”), a pesar de que hoy en día se lea más que hace 10, 20 y 30 años, tanto en número de libros como en tiempo. La forma que más usamos es el presente del indicativo; el subjuntivo brilla por su ausencia. La subordinación es escasa y la estructura más simple, sujeto + verbo + complementos, se usa menos a más edad. En internet leemos en forma de F mayúscula. Y `por último, podemos aprender a escribir por osmosis. ¿Por ósmosis? Sí, por osmosis: [https://ncwp-seed2-write.wikispaces.com/file/view/Reading+Like+a+Writer,+Frank+Smith.pdf]

Todas las ideas interesantes, citadas o no, provienen de Madurez sintáctica: Influencia de las TIC en sus índices y estudio comparativo entre las generaciones pre y post internet, de Rocío Bartolomé Rodríguez, texto que se puede acceder en [http://www.infoling.org/repository/PhDdiss-Infoling-72-2-2016.pdf]

La mejor forma de aprender un idioma extranjero


En algún sitio leí que la forma más rápida de aprender un idioma extranjero es pasar unos meses en una cárcel con criminales a los que no entiendes. Parece plausible, pero propongo una hipótesis alternativa: el método más eficaz es intentar conquistar a un interés romántico que muestra cierta reciprocidad. Recuerdo ver a un ruso que con un A1 de alemán ponía en juego pericias perifrásticas, sutilezas sintácticas y mañas morfológicas ante una francesita con cierto encanto con la que sólo compartía el idioma germano. Los esfuerzos hercúleos del chaval daban sus frutos y su motivación era mayor que sentado en cualquier silla delante de cualquier profesor. ¡Quién hubiera pensado que un brebaje de hormonas se pudiese encauzar para beneficio académico!

En 2º de Bachillerato aprendí muchísima filosofía. Pero no en clase.

En un campamento de alemán con una notable población de la antigua Unión Soviética, desde Ucrania a Kazajistán, que se caracterizaba por beber mucho vodka, se dio el rumor de que yo hablaba ruso. Primero nació el rumor desnudo y tras poco tiempo se fue vistiendo de detalles: Uno de mis padres era posiblemente ruso, pero yo no quería revelarlo porque estaba en el campamento para aprender alemán.

Al segundo día, una chica afirmaba con un 80% de seguridad que al menos lo entendía y otra recordaba haberme oído hablar en ruso, ¡ningún extranjero sabe lo que es la maskirovka! Una vez que el rumor estaba firmemente asentado y mi negación vehemente se tomaba como una prueba más, decidí a arriesgarme y a experimentar.

Comencé a escuchar muy atentamente cuando hablaban y a responder mediante magia negra a preguntas como "¿hablas ruso?" o "¿me das una chuche?" Sin la distracción del lenguaje verbal, el corporal se revelaba evidente; claro que me está pidiendo una golosina, las ha mirado antes y su brazo casi las señala. Y es obvio que me están preguntando si hablo ruso, han mencionado mi nombre y sus ojos me interrogan.

De lo anterior se concluye que el lenguaje no verbal transmite información abundantísima. Pero esta segunda conclusión ya la había oído antes, mi padre me la había comentado mil y una veces. Sin embargo, no la había entendido de la misma forma que la entiendo ahora, de forma similar a como la afirmación "El ferrocarril actuó como sector de arrastre de la industria metalúrgica" tiene dos significados diferentes antes y después de leer El fracaso de la Revolución industrial en España, 1814-1913, de Jordi Nadal. Ahora, y no antes, comienzo a comprender la posición de Nietzsche con respecto a la relación entre la idea, la intuición y el lenguaje: Qué mejor ejemplo para ilustrarla que los apuntes mi clase de filosofía de este mismo autor, que sólo me dieron palabras, humo y sombra y nunca intuiciones.

No obstante, en 2º de Bachillerato sí aprendí muchísima filosofía...

Solo que no en clase. Mi tutora se negaba a responder mis preguntas, llamándome imbécil a la cara: "Nuño, siempre vas un paso por detrás" (en fa sostenido) o "se ve que no llegas" (en la mayor). Recuerdo una clase de francés en mi antiguo colegio en la cual la profesora empezó advirtiéndonos de que la lección podía ser complicada. Después de la explicación, preguntó si alguien no entendía algo y yo pedí que lo repitiese otra vez y que pusiera algunos ejemplos más. Mis compañeros de alrededor se sorprendieron, pues ellos lo entendían perfectamente, y me abuchearon un poco. No se percataron de que yo tenía la misma comprensión superficial del concepto que ellos, pero yo quería subyugarlo total y definitivamente, profundizar, cosa que, con la segunda vuelta, hice. Con mi tutora esto no pasó nunca.

Otro detalle curioso fue el constante ejercicio de hipocresía que se llevó a cabo en esa clase. Mientras se hacía énfasis en el pensamiento crítico se nos obligaba a memorizar la ristra de adjetivos que definen la idea platónica: "eterna, inmaterial, indivisible, inmutable, objetiva y universal" y la definición de ciencia según Aristóteles: "saber universal, indudable y organizado". Y cual palabra revelada, se debía tomar con devoción. El problema radica en que la memorización de una forma concreta de expresar una idea es óbice para la comprensión de la idea misma, la obcecación en una formulación impide trascenderla. Se valoró conocer una sola al dedillo, poderla escupir en el examen. Pudimos capturar las palabras que rodean a un concepto sin capturar al concepto en sí, y nunca desarrollamos intuiciones.

También resultó singular la aproximación a las preguntas filosóficas más profundas y actuales. No "¿qué es el hombre?", "¿qué puedo conocer?" ni "¿qué es el bien?" sino "¿creéis que este puede ser un texto de selectividad?". Era una estampa graciosa ver a veintiséis mentes pensantes intentando dilucidar y explicar dicha cuestión: al igual que Kant establece que una ciencia se caracteriza por los juicios sintéticos a priori, los textos de selectividad se definen por tal, cual y fual. Mientras tanto yo copiaba menticulosamente toda palabra revelada con la zurda y ya soy ambidextro. En mi clase de filosofía, el examen de selectividad, o la presentación del BI fueron los objetivos, en vez de obstáculos o herramientas para afinar nuestra maquinaria intelectual. Esto confirma tanto la Ley de Goodhart como la tesis de Eichman en Jerusalén, de Arendt.

Porque lo que mi tutora ha hecho es criminal, pero de una criminalidad similar a la de Eichman: banal. Otros profesores, no obstante, sí fueron positivamente más allá de su deber explícito: Patricio con sus intercambios, viajes y recursos audiovisuales: el "no difference" y poniéndole horas de laboratorio, al igual que Marisol. Juanma con el taller de debate, Ana en especial en los comentarios de novelas y conmigo, en mi monografía. Beatriz intentando dar clase de universidad y Sotero y Manuel simplemente siendo ellos mismos, Sotero con su mus y su ma' (math) y Manuel con su Atleti. Todavía queda Cacho, con su memorable "pues me lo buscan para mañana". El Cacho de primero tuvo la interesante habilidad de motivar tanto al eje Europa Universalis, que ya sabía detallitos del imperio Austro-húngaro, como a los panolis que aterrizamos despistados. Fue nuestro Vicente del Bosque.

Pero de clase de filosofía, ¿qué podemos decir?¿Que se trajo un pollo reseco? Aún así, tal vez se haya demonizado en exceso a alguien que no es más que un engranaje particularmente eficiente de un sistema irreversiblemente fracturado. Quisiera leer una cita de Antifragil, de Nassim Taleb:
"Las personas que aumentan su capacidad física utilizando estas modernas y caras máquinas pueden levantar pesos extremadamente grandes y desarrollar músculos impresionantes, pero no son capaces de levantar una piedra; son aplastados en una pelea callejera por aquellos entrenados en contextos más desorganizados. Su fuerza es profundamente dependiente de su dominio de aplicación y este no existe fuera de construcciones lúdicas y extremadamente organizadas. De hecho, su fuerza, al igual que en el caso de atletas excesivamente especializados, es el resultado de una deformidad. Pensé que lo mismo se daba con personas seleccionadas por intentar sacar buenas notas en un pequeño número de asignaturas en vez de seguir su curiosidad [...] Al igual que los ejecutivos se seleccionan por su capacidad de soportar reuniones aburridas, muchas de estas personas fueron seleccionadas por su habilidad para concentrarse en materiales aburridos". Fin de la cita.
Y en efecto muchas veces hemos permitido que nuestra curiosidad haya sido por un soporífero temario adormilada; el LOE no está diseñado para encauzar nuestra curiosidad; pasamos más tiempo haciendo exámenes que estudiando a Nietzsche.

No obstante, al margen de mi educación formal sí aprendí filosofía, mediante los múltiples recursos a mi alcance, que os recomiendo. Por mencionar algunos, leí La aventura de pensar, de Fernando Savater, a quién conocí a través de La aventura del pensamiento, una amena serie de vídeos de filosofía. Leí La deshumanización del arte, de Ortega. Leí algunos textos tomasinos, que no me convencieron. Leí tomando apuntes el Tractatus Logico-Philosophicus la semana de antes de selectividad, porque la filosofía me interesa pero las fotocopias que tuve que estudiar eran repugnantes. Creo que este libro fue el detonante de que me matricule en Filosofía por la UNED este año. Comencé y pretendo terminar la serie de Justice, de Michael Sanders, sobre los distintos sistemas éticos a lo largo de la historia. Y me fascinaron Thinking fast and slow, de Kahneman, y Antifrágil, de Nassim Taleb que tienen mucho que decir acerca de cómo conocemos, más que cualquier Descartes con su glándula pineal. Y de Descartes entendí la potencia de su genio maligno. Además, este verano fui a un campamento asociado con el CFAR, el Centro para la Racionalidad Aplicada, visitando el FHI, el Instituto del Futuro de la Humanidad, un spin-off del departamento de Ética Aplicada de la Facultad de Filosofía de Oxford. Resulta cómico contemplarlo, compararlo y contrastarlo con la Complutense, cuyo departamento de Filosofía ha sido asimilado por el de Literatura.

También disfruté de algunas excelentes discusiones que enfrentaban a Utilitarismo y a la ética de Kant, principalmente con Jorge García Couto. Si no he aprendido filosofía en clase no ha sido porque no he querido, sino todo lo contrario. Compárese esto con Lengua y Literatura, asignatura en la cual también he leído por libre, y en la que además mi genial profesora me ha prestado Regla y representación, de Chomsky, y nos señaló algunas otras lecturas, como El caracol y la sirena, de Octavio Paz, azuzando nuestra curiosidad.

Retomando nuestro Leitmotiv, hablando de Platón y de Artistóteles, mi tutora afirmó que un gran maestro produce a estudiantes de mayor estatura, y empequeñeciéndonos, ha sido la anti-maestra. Propongo un brindis solitario a todo lo que pudo ser y nunca fue, y confío en que estas palabras actúen de revulsivo. Idealmente con una dimisión; como decía un compañero que tenía algo de precursor, "muerto el perro se acabó la rabia".

Todavía quisiera hablar de un último aspecto: nuestras alegrías y penas personales. Hubo variación. Un amigo mío rozaba la euforia por estar rodeado de gentes lúcidas y perspicaces, de poder ser derrotado al ajedrez. Un segundo sufrió una depresión, causada por la pedagogía de la Hidra, que continúa hoy en día, con altibajos de desasosiego repentino. Un tercero, muchos terceros sacaban notas espléndidas, mientras que alguno tenía pesadillas antes de cada examen. En la misma fiesta alguien mandó a la mierda a una chica de la forma más borde posible y un colega ayudó a una chica intoxicada. Un día exasperábamos al profesor y más adelante nos daba las gracias por ser alumnos geniales.

En lo que respecta al amor y sucedáneos, en mi clase hay, entre mucho que no se come un rosco, un Don Juan redimido junto a algunas bonitas relaciones cuyo final no puedo concebir. Que por poder sí puedo, porque con tan solo responder siempre "menos del doble de lo que ya han estado juntos", tendré razón el 50% de las veces. No obstante, sucede que no se me está permitido especular, por razones sociales que todavía no comprendo pero que me aseguran que son perfectamente válidas.

A la pregunta "¿Es el Bachillerato Internacional un valle de lágrimas?" se responde, como diría un gallego, con un "¿en qué medida?" Citando a este mismo gallego, "El BI es, en cierta medida, un valle de lágrimas. Es el peor valle de lágrimas, exceptuando a todos los demás": El BI ha sido la mejor opción, pero en muchas ocasiones no ha sido suficiente. Vale.

Fdo: Momo Yis

El Partido Carlista Antimonárquico Español

Caracterizado por su prudencia, el arrojado partido Carlista Antimonárquico Español (CAE) es una fuerza internacionalista que, desde la flexibilidad, aboga por la rectitud moral, por un tradicionalismo actual y renovador, por un dinámico inmovilismo. Ante la ficticia realidad que se pinta a los españoles, el único remedio es una enfermiza serenidad exaltada: las esclavizantes libertades que los sempiternos jovenzuelos hoy adoptan, abortando todo recuerdo de su misión de sumisión ante sus mayores, son una de entre muchas perfectas averraciones.

Superficialmente, nuestro fondo filosófico es materializar los ideales eternos de honor, gloria y justicia, y desterrar los mundanos ídolos de dinero y apariencias. Así, encuadrando en el globo nuestros valores, encadenándolos al mundo, este será libre. Políticamente, respecto de España, un gran poeta español escribía los siguientes versos, de actualidad vigente, pero la gente no me vio:

Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.

Ciertamente, esta falsa sociedad de la suciedad se sacia de violencia vacía, poniendo a la guerra sobre Dios, y Castilla la Mancha queda mancillada. Nietzsche escribía "Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado", entendiendo por Dios el conjunto de valores occidentales. Para resucitarlo, estas elecciones, ¡arriba el CAE!

La tempestad

En un tren en un lugar que no importa tuve una conversación interesante, y por tanto memorable, con un abuelito que parecía inofensivo pero que resultó trabajar en una organización con dientes contra la proliferación nuclear. Una de sus ideas más penetrantes fue que de joven había estudiado literatura, pero la abandonó al llegar a la conclusión de que, "en último término, la literatura es una actividad masturbatoria".

"Un postulado no necesita pruebas, pero su eficacia puede ser medida por los resultados a los que se llega cuando este se acepta", afirma Todorov en Introducción a la literatura fantástica. Con esto en mente, me pregunto qué resultara de analizar la novela La tempestad, de Juan Manuel de Prada, tomando como postulado la perspectiva del primer párrafo:

Este libro infunde sustancia a esta acusación: es una novela plenamente masturbatoria, masturbatoria en todas sus facetas. La primera y la más aparente es la desbordante presencia de sexualidad, desde instancias puramente pornográficas hasta las meramente explícitas, como "un culo en la frontera misma del exceso" o simplemente la desbordante temática carnal: "Por la noche suele abandonar su puesto y frecuentar burdeles. Burdeles ínfimos, señor".

En segundo lugar, el lenguaje es de una fangosa exquisitez que se aproxima a la decadencia de la regia y pomposa rosa Pompadour. El autor se excita al escribir latinismos, y más los que comienzan por "imp": impostado, impertérrita, impudicia, ímproba, impotencia, etc. Cuando intenta aventurarse en el terreno de lo vulgar fracasa estrepitosamente: incluso Tedeschi, un esbirro de baja estofa utiliza una desconcertante mezcla entre léxico culto y un intento de informalidad, que nunca alcanza la verosimilitud del "te sobra finura putarranco" de La verdad sobre el caso Savolta


Dejando de lado su vocabulario de sofista, otro recurso recurrente es la reiteración retórica; reusa repetidamente sus más refinadamente redactadas preposiciones: "unos senos apenas reseñables", "infringido una virginidad o abofeteado una inocencia", y en el último capítulo, "Otros rostros se alejan y precipitan en la común argamasa del olvido, pero no el de Chiara", para prolongar la apreciación de una imagen de particular calidad. No obstante, algunas combinaciones retóricas interesantes, como "su cuerpo y su alma estaban en barbecho" aparecen una sola vez: La repetición está limitada por lo que la trama narrativa permite; si no es al menos tangencialmente relevante para la acción, por muy bonita que una figura sea, no encajará. Junto a estas imágenes encontramos una complementación casi patológica "... me preguntó el taxista sin descuidar el timón", que sin tener relevancia narrativa, carecen de toda mesura. Asimismo, el texto rebosa de divagaciones del narrador y diálogos largos y floridos, casi discursos, demasiado extensos como para ser verosímiles.

Y la tercera dimensión, el plano de las ideas, alterna entre lo plenamente erróneo y lo tan solo cuestionable. Respecto de lo erróneo, afirmaciones como "Pero la asimetría acrecienta la belleza" son simplemente falsos (véase este compendio de estudios [http://people.idsia.ch/~juergen/beauty.html] o este artículo de periódico [http://www.telegraph.co.uk/news/science/science-news/3343640/Symmetrical-human-faces-are-more-beautiful.html]). Y en lo referente a lo cuestionable, sucede que para mi no es obvio que "el arte es una religión del sentimiento", posición que el autor presenta sin defender rigurosamente, de tal forma que su narración se vuelve, en ocasiones, fábula o sermón.

Por último, si bien el calificativo de masturbatoria se aplica perfectamente a esta obra, la respuesta ¿y qué? es una posición literaria consistente. Puede que no me satisfaga hoy a mí como lector, pero no obstante tampoco puedo defender honestamente una visión de la literatura subordinada a un propósito. Debo pensar sobre este asunto, pero sí he aprendido que adoptar una posición ideológica, en este caso literaria, permite llegar al insulto con inusitada facilidad.