¿Subversión hermenéutica? Oh no, me he empezado a contagiar de filosofitis. Pronto escribiré "el Estagirita" para referirme a Aristóteles y "el filósofo de Könisberg" para designar a Kant. A la inversa sería un panorama más tenebroso, pero aún así, "Das Grauen, das Grauen" (el intercalar expresiones en alemán también es sintomático).
Llegando al asunto, tras una magnífica errata: "satu quo", un libro de ética tiene una chispa de lucidez y pregunta "¿Qué condiciones debe satisfacer una normatividad para que no pueda dar juego a la mistificación, para que no se preste, por su propia ambigüedad, a ejercer funciones legitimadoras de lo dado que no le pongan límites ni restricciones unívocas y precisas?".
No hay necesidad de ser tan retorcido: "¿Cómo puede una teoría evitar ser utilizada para justificar algo ajeno a su posición?" La respuesta que propone el texto es la siguiente: en el caso de los edificios normativos, estos no deberían ni ser una fantasía ni poder justificar cualquier cosa.
Ahora bien, la citada respuesta es una fantasía, un figmento de alguna imaginación, pues con tan solo mirar a algunos ejemplos vemos que el criterio propuesto no es ni necesario ni suficiente. No es suficiente por la autoridad del ejemplo de Eichman, que justifica su conducta desde Kant cuando en ningún momento toma a la humanidad como un fin y nunca como un medio.
Un ejemplo más pintoresco es la fundamentación de la teoría de la Tierra plana desde posiciones relativistas; dado que se puede seguir acelerando infinitamente sin llegar nunca a la velocidad de la luz, y la aceleración produce una fuerza que podría ser de la misma magnitud que la gravedad, no es necesaria una tierra esférica para que nos mantengamos pegados al suelo. Y ninguno de estos dos casos parece invalidar ni la relatividad ni el edificio de Kant como teo
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