Soneto XIII, Garcilaso de la Vega
A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraba; en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que el oro escurecían. De áspera corteza se cubrían los tiernos miembros, que aún bullendo estaban: los blancos pies en tierra se hincaban, y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño! ¡Que con llorarla crezca cada día la causa y la razón porque lloraba!
Estrictamente personal, José Agustín Goytisolo
El dolor o el cansancio traen a veces A
un desmedrado desfallecimiento B
unas ganas terribles de olvidar C
todo lo que no sea intransferible D
-personal como dicen- pero luego B
no se distingue ya lo que es de uno -
y el egoísmo llega a ser total -
a invadir el dominio de otra gente. A
Y hoy padezco por algo que no es mío -
por lo que ocurrirá con una chica C
que no me pertenece: que tan sólo -
camina y lee; se equivoca y riñe D
casi todos los días en su casa. -
No: no es posible dijo; pero sé -
que aún guarda mi retrato y que ahora entiende A
mis palabras; que hace años la llevaron -
a extrañas situaciones. Y me mira C
desde un sillón distante sin decirme D
qué será de su vida. De la mía C
ya sé que nada bueno. Y como esto B
mucho tiene que ver con mi neurosis -
termino aquí el asunto y a la calle; -
me bebo un buen café y a la puñeta. -
El dolor o el cansancio traen a veces un desmedrado desfallecimiento, unas ganas terribles de olvidar todo lo que no sea intransferible -personal como dicen- pero luego no se distingue ya lo que es de uno y el egoísmo llega a ser total, a invadir el dominio de otra gente. Y hoy padezco por algo que no es mío; por lo que ocurrirá con una chica que no me pertenece: que tan sólo camina y lee; se equivoca y riñe casi todos los días en su casa. No: no es posible dijo; pero sé que aún guarda mi retrato y que ahora entiende mis palabras; que hace años la llevaron a extrañas situaciones. Y me mira desde un sillón distante sin decirme qué será de su vida. De la mía ya sé que nada bueno. Y como esto mucho tiene que ver con mi neurosis termino aquí el asunto y a la calle; me bebo un buen café y a la puñeta.
Los labios impacientes, Blanca Andreu
Los labios impacientes de la noche te sanan mientras abren A
el olor de la piedra B
te conducen si acosan el alma de la piedra B
si el tierno corazón mineral beben -
es tu hora es la noche -
así, dirás que te han robado como un vino novicio C
y te harás piedra aguda como un líquido agudo -
limpia como opio de oro -
y serás tregua tuya
y alianza D
así, dirás que la que es contigo y lleva un aire desigual a D
balanza entre estrellas B
la idéntica más favorable A
tu obra nocturna rara D
es la que muestra sonrisa y griterío C
palabras como estrellas B
y escucha un piano terso como una estrella, estrellas. B
Los labios impacientes de la noche te sanan mientras abren el olor de la piedra, te conducen si acosan el alma de la piedra si el tierno corazón mineral beben es tu hora es la noche. Así, dirás que te han robado como un vino novicio y te harás piedra aguda como un líquido agudo, limpia como opio de oro y serás tregua tuya y alianza. Así, dirás que la que es contigo y lleva un aire desigual a balanza entre estrellas, la idéntica más favorable, tu obra nocturna rara es la que muestra sonrisa y griterío palabras como estrellas y escucha un piano terso como una estrella, estrellas.
El bosque animado, Wenceslao Fernández Flores
La fraga es un tapiz de vida apretado contra las arrugas de la tierra; en sus cuevas se hunde,
en sus cerros se eleva, en sus llanos se iguala. Es toda vida: una legua, dos leguas de vida
entretejida, cardada, sin agujeros, como una manta fuerte y nueva, de tanto espesor como el
que puede medirse desde lo hondo de la guarida del raposo hasta la punta del pino más alto.
¡Señor, si no veis más que vida en torno! Donde fijáis vuestra mirada divisáis ramas
estremecidas, troncos recios, verdor; donde fijáis vuestro pie dobláis hierbas que después
procuran reincorporarse con el apocado esfuerzo doloroso de hombrecillos desriñonados;
donde llevéis vuestra presencia habrá un sobresalto más o menos perceptible de seres que
huyen entre el follaje, de alimañas que se refugian en el tojal, de insectos que se deslizan
entre vuestros zapatos, con la prisa de todas sus patitas entorpecidas por los obstáculos de
aquella selva virgen que para ellos representan los musgos, las zarzas, los brezos, los
helechos. El corazón de la tierra siente sobre sí este hervor y este abrigo, y se regocija. ´
La fraga es un tapiz de vida A
apretado contra las arrugas de la tierra; B
en sus cuevas se hunde, -
en sus cerros se eleva, B
en sus llanos se iguala. -
Es toda vida: una legua, B
dos leguas de vida entretejida, A
cardada, sin agujeros, C
como una manta fuerte y nueva, B
de tanto espesor como el que puede medirse D
desde lo hondo de la guarida del raposo E
hasta la punta del pino más alto. F
¡Señor, si no veis más que vida en torno! E
Donde fijáis vuestra mirada divisáis -
ramas estremecidas, troncos recios, verdor; C
donde fijáis vuestro pie dobláis hierbas B
que después procuran reincorporarse
con el apocado esfuerzo doloroso E
de hombrecillos desriñonados; F
donde llevéis vuestra presencia G
habrá un sobresalto más o menos perceptible -
de seres que huyen entre el follaje, -
de alimañas que se refugian en el tojal, -
de insectos que se deslizan A
entre vuestros zapatos, F
con la prisa de todas sus patitas A
entorpecidas por los obstáculos H
de aquella selva virgen D
que para ellos representan los musgos, H
las zarzas, los brezos, los helechos. C
El corazón de la tierra siente sobre sí -
este hervor y este abrigo, y se regocija. G
El segundo texto, el poema de José Agustín Goytisolo es poético, es musical. Y está en verso. Y al estar en verso, yo lo catalogo como poesía. Pero no es tan sencillo. Todos los poetas han considerado a sus respectivos textos poesía, y El bosque animado es claramente prosa. Pero no consigo encontrar una vara que me indique sin posibilidad de duda, si desconozco el formato, si un texto fue escrito en verso o en prosa. Si se "prosifica" un poema, poniéndolo todo en un párrafo, el sentido no se pierde, y si se "versifica" un texto en prosa, puede pasar como poema.
La rima no es un criterio válido, hay tan solo veinticinco permutaciones de cinco vocales tomadas de dos en dos, las suficientes para que al dividir un texto largo se pueda pretender una rima asonante, aunque en la práctica no tenga mucho sentido (la rima "G" en el comienzo de el bosque animado está tan alejada como para ser despreciada). Y no por no terminar con rima se debe descalificar a un texto de la categoría de poesía; las rimas del texto de Blanca Andreu no están al final del verso ("como opio de oro", "tregua tuya", "vino novicio", etc.)
La métrica tampoco es fiable: siempre que tenga las sílabas contadas es verso, pero el que no las tenga no implica que no lo sea. Además, el principio y el fin de un verso es arbitrario, no siempre coincide con el principio y fin de una idea: por eso existe el amado encabalgamiento, recurso con el que cualquier estudiante cuenta cuando le piden que señale una figura literaria.
Tampoco podemos afirmar solo se utiliza el verso para expresar sentimientos, ni viceversa, porque el género epistolar, que es prosa, ha sido utilizado desde la antigüedad como método de comunicación amorosa, con más asiduidad que los sonetos. Y el poema Un soneto me manda hacer Violante no expresa sentimientos, pretende demostrar la capacidad artística del autor.
Tampoco podemos afirmar que hacer gala de capacidad artística sea el factor determinante, Garcilaso no enseñó sus poemas a nadie y no se aseguró de que fueran publicados mientras el vivía.
Por si no fuese suficientemente complicado, existe el concepto de "poema en prosa" (http://lema.rae.es/drae/?val=poema+en+prosa), que borra aún más la distinción entre los dos medios de escribir. Me da la sensación de que desconozco algún concepto clave.
Tal vez, la diferencia entre la prosa y el verso sea similar a la diferencia entre los textos con signos de puntuación y los textos que no los tienen (Ahora tan solo puedo pensar en Los santos inocentes). Así, el verso podría ser una herramienta que el autor utiliza para facilitar la lectura, para indicarle al lector cómo se debe leer, al igual que normalmente se utilizan los signos de puntuación como ayuda.
Tal vez la única diferencia constante entre los textos en prosa y aquellos escritos en verso es que los segundos tienen más apartes sin puntos y ocupan más espacio. Pero, aunque hay algunos indicios que pueden ayudar, sigo poder determinar sin ambigüedad cuándo, al escribir, se debe utilizar la prosa, y cuándo el verso.