Monomito y muchimitos: Adiós a los principios, de Odo Marquard

-Introducción:

Están dos amigos hablando, y uno dice: yo nunca discuto, a lo que el otro replica: pero hombre, ¿cómo no vas a discutir nunca? Seguro que alguna vez habrás discutido. A esto el primero responde: Bueno, seguro que alguna vez habré discutido.

Así,  "el escéptico no es aquel tiene por principio no saber nada, sino aquel que no sabe nada por principio: el escepticismo no es la apoteosis de la confusión, sino el adiós a los principios" (Die Skeptiker sind also gar nicht die, die prinzipell nichts wissen, sie wissen nur nichts Prinzipielles: die Skepsis ist nicht die Apotheose der Ratlosigkeit, sondern nur der Abschied von Prinzipiellen. Puedes ver muchas otras citas aquí). Esta es la propuesta escéptica de Odo Marquard propone en su obra Abschied von Prinzipiellen (Adiós a los principios). Considero muy interesantes en particular sus reflexiones sobre la finitud del hombre, la ultratribunalización de la realidad - el escape de la persecución constante y sobre las historias, los monomitos y los muchimitos.

-Comparación y contraste con el escepticismo helenístico-

Vemos ya que la cita inicial responde de forma profiláctica a la facilona acusación de que "el escepticismo debe ser escéptico del propio escepticismo", y contrasta con el escepticismo helenístico en que el fundamento de este último es, según Sexto Empíricoo, "ante todo que a cada proposición se opone otra de igual validez. A partir de esto, en efecto, esperamos llegar a no dogmatizar".

Odo Marquard no suspende el juicio, sino que propone una metodología que en absoluto busca la epoché (la capacidad de encontrar que a cualquier argumento se opone otro de igual peso y fuerza) ni tiene el problema de solucionar la aparente paradoja de que "no nos obcecamos en que nuestras consideraciones sean verdaderas. Pueden refutarse por si mismas al estar entre aquellas sobre las que se enuncian."

-El escepticismo y la finitud-

Los alemanes, en su infinita sabiduría, tienen términos intraducibles al español como "Fachidiot", "Spielraum", "Unbelangbarkeit", "Weltverbesserungsillusionen". Aquí nos importa el primero, que se refiere, por ejemplo a un profesor de física cuántica que aporta su perspectiva acerca de un problema filosófico, o a una profesora de filosofía que análiza algún aspecto relativo a la física cuántica, y ambos terminan demostrando sólo su ineptitud. ¿Por qué? Porque cuanto más se aproxime alguien a las fronteras del conocimiento en un área, más fácil es que sea ingenuo en otros terrenos.

Por ello debemos enlazar (anknüpfen) con lo anterior;  no hay tiempo para hacer otra cosa que adoptar las costumbres del padre, y sólo desviarse de ellas cuando haya una razón de peso para hacerlo. Ya podemos encontrar este principio en Chesterton, quien lo formula como: Si no sabes por qué está una valla, o una tradición, no la quites. Marquard llama a esto conservadurismo obligado por la complejidad.

Otro problema consiste en la inaccesibilidad de nuestros antecedentes: No podemos controlar plenamente quienes somos porque no podemos controlar de dónde venimos, ni tampoco todas las consecuencias de nuestros actos. Además, falta tiempo para fundamentar pricipios. Por eso podemos afirmar que en gran medida, el hombre tiene destino.

Y quienes intentan fundamentar principios se ven encerrados en un laberinto de discusiones interminables, en el cual para cada posición hay una posición contraria y para cada campo amplísima bibliografía. Por otra parte, las tendencias masturbatorias de la filosofía a terminar reflexionando sobre sí misma son bien conocidas. No obstante, aquí el caso de la ciencia es interesante, pues en principio todo experimento se podría repetir por otro científico para obtener resultados similares, y con esta garantía, el peer review y demás mecanismos, se puede edificar sobre lo ya edificado, a hombros de gigantes.

-La ultratribunalización de la realidad y el escapar de la persecución-

Se muestra cierta en este caso la afirmación de Salvador Más: "allá donde aparecen enfoques que reclaman validez definitiva surgen a modo de correctivo posiciones escépticas". Aquí, Odo Marquard analiza que: con el motivo de exonerar a Dios, se proclamó al hombre creador, y por tanto responsable y acusado de todos los males mortales (N.B. El humano se considera como responsble de los males mortales también  en el cristianismo. Puedo desarrollar esto si se me requiriese). Así, el hombre pasa a comparecer ante un tribunal perpetuo, cuyo fiscal y juez son el hombre mismo, de tal modo que se ve presionado a justificarse y coaccionado a legitimarse absolutamente.

En definitiva: Tras la muerte de Dios, el hombre es acusado de forma absoluta. Como respuesta a una hipertrofía de la exigencia de legitimación, se busca escapar en la Unbelangbarkeit (el lugar en el que no hay persecución), mediante el anonimato, el viaje, la enfermedad, la locura, la autonomía del arte o la proclamación de los derechos del hombre.

Bajando de nuestras abstractas alturas, y aunque Odo Marquard escriba a nivel general, podemos aplicar estas consideraciones al caso de la justicia social, un movimiento que en ocasiones reclama validez absoluta y acusa al hombre de todos los males, dando lugar a la ultratribunalización de la realidad, por ejemplo haciendo presión, en ocasiones con éxito, para que algún sujeto percibido como enemigo pierda su trabajo. En oposición a esto (ojo, que no necesariamente contra sus tesis), el anonimato gana popularidad, en comunidades de internet como Reddit o 4chan.

Asimismo, las palabras de Odo Marquard: "el acusador evade el tribunal al tomar el papel de acusador", "no necesita conciencia aquel que toma el papel de la conciencia" también me parece describir con fidelidad a algunos de los más furibundos "guerreros de la justicia social" o defensores de los derechos de los animales, como la organización PETA, que no parecen tener mecanismos de refrenación o de cuestionamiento.

Concluyo este apartado con una cita que conjura una imagen muy memorable, y que enlazará con lo que sigue: "Pues lo que no está con la crítica está contra ella, y por ende es pecaminoso. Así, en ese trance bacántico en cuyo éxtasis no se permite a ningún miembro hurtarse a la ebriedad, resultan excomulgadas las partes que permanecen sobrias. Las ciencias vuelven a ser potencialemnte heréticas: sus investigadores y resultados se someten de nuevo a una censura en nombre de la salvación. Haberse librado de todo ello: tal fue el sentido de la  modernidad; rehabilitarlo es el signo de la contramodernidad". A este respecto véase este artículo de The Future Primeval, un blod de la alt-right intelectualPolitics Is Upstream of Science.



-Historias, monomitos y muchimitos-

a) Historias

(Muchimito es mucho más expresivo que polimito)

Respecto del mito, "¿acaso no se debe cesar de contar cuentos en el instante en el que algo se comprende? ¿No debería desaparecer el mito allí donde la verdad surge?· Marquard responde con un vehemente no: Si bien en un principio los mitos tomaron, de forma indebida, el todavía vacío lugar de la verdad, más adelante, no obstante, el mito se revela como algo en esencia distinto: el arte de hacer la verdad accesible a nuestra vida, ya que la verdad no lo es en su esencia si es inhabitable, inentendible. Las historias entretejen las verdades en nuestra esfera vital.

Por ejemplo, en vez de decir que sacar un móvil en una conversación social la empocha, tengo el pequeño juego, la inocente farsa de decir que "Los móviles dan cáncer", y huir temerosamente de todo el que esté hablando conmigo y de repente introduzca su móvil en la conversación. Podría explicar de forma razonada por qué pienso que los móviles perjudican la conversación, y de hecho en ocasiones lo hago, pero encuentro que esta farsa precisamente introduce mejor lo que quiero decir en la esfera vital de mi interlocutor.

Otro ejemplo, tal vez más adecuado, es el grupo "The Yes Men", que tiene como lema "las mentiras pueden exponer la verdad", mentiras - narraciones. Una de sus más famosas acciones fue suplantar a un representante de Dow Chemicals ante la BBC y admitir la responsabilidad total de un desastre químico, ofreciendo compensación monetaria a las víctimas. Y esta mentira-narración, en conjunción con una disección racional de la naturaleza de la empresa, que en realidad nunca haría algo porque es lo correcto, y no porque maximiza beneficios, resulta poderosa. El vídeo se puede consultar aquí.

En ambos ejemplos, la narración aproxima la verdad a nuestra esfera vital: El conocimiento no es la sepultura sino la cuna de la mitología. A este respecto, véase también el Parménides de Heidegger, así como los númerosos ejemplos que Nietzsche utiliza en La gaya ciencia que conectan sus reflexiones con la vida real.

b) Monomito y muchimitos.

(Muchimitos es mucho más expresivo que "polimitos". Casi cuenta una historia)

La libertad surge de la separación de poderes. En este sentido, la burocracia nazi era admirable; como comenta Stanford L. Segal, en su libro Mathematicians under the Nazis, si algo era bloqueado por una institución administrativa, siempre se podía recurrir a alguna otra cuyas competencias se solaparan con la primera institución.

En relación al mito, mientras que, en el politeísmo, muchos dioses fueran poderosos, los individuos tenían un radio de libertad en función del hecho que siempre se podían escaquear de un dios apoyándose del servicio que le debían a otro. Pero en el momento en el que solo un dios gobierna, toda la humanidad se debe someter totalmente y obedecerle de forma absoluta.

Esto es el mito de la causa, un dogmatismo que también atacaban los escépticos helenísticos. De nuevo en el caso de la justicia social, en el momento en el que Moloch Social se convierte en el único Dios, olvidamos que el respetado Obama solo pasó a estar a favor del matrimonio gay en 2008 y todo el que esté en contra ahora pasa a ser un diabólico demonio. Aquellos que juzgan películas o series por su adecuación propagandística solo tienen un mito.

En oposición a esto está aquel que aprende varios idiomas y adquiere el bagaje de las culturas asociadas, o aquel que, siendo, pongamos, cristiano, toma un interés por el teatro y subordina su fe a la ciencia en algunos ámbitos. Esta última persona puede, por ejemplo, hacer uso de la frase de El público, de García Lorca: "¿Y si yo quiero enamorarme de un cocodrilo? Te enamoras" como apoyo a una moderna interpretación cristiana de aquello que la Biblia llama sodomizar. Esto solo es posible con acceso a muchos mitos diferentes.

Marquard concluye afirmando que la filosofía como mono-logos ortológico, signifique esto lo que signifique, debe dar un giro de 180º y comenzar a enlazar la verdad con la vida mediante una estructura narrativa. Esto significaría, por ejemplo, hacer lo que Pío Baroja en El árbol de la ciencia o Eliezer Yudowsky en Harry Potter and the Methods of Rationality.

-Conclusión-
Por mi parte no hay conclusión, seguiré analizando el asunto ad eternum.

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