En esta colección, Borges manifiesta su vena filosófica, cuyo más conocido exponente podría ser La Biblioteca de Babel (que, incidentalmente, es un gran corpus para una investigación matemática), pero que impregna su obra entera. No obstante, normalmente es ancilla de la literatura, mientras que en este compendio los papeles se invierten.
Sobre el contenido, no tengo nada que decir que no podríais leer en el propio libro, exceptuando una pequeña advertencia: el último capítulo, cuyo título, "El arte de injuriar", tanto promete, termina mucho antes de lo que debiera, pues comprende tan solo nueve míseras páginas, mientras que el análisis de los diferentes traductores de Las mil y una noches, de gran interés porque nos muestra como un traductor puede interpretar y moldear un texto, se extiende durante las treinta páginas que me hubiese gustado leer en el capítulo final.
En cuanto al género, este compendio no es ni narración ni ensayo, ni cuarenta de mayo. Recordando Cartas Marruecas, descrita como novela epistolar o texto epistolar-narrativo, no encuentro ninguna razón para no designar a Historia de la Eternidad como un texto narrativo-ensayístico, excepto las geniales palabras de Miguel de Unamuno, que burlándose de combinaciones y clasificaciones complejas escribe:
Presumo que el ilustre autor del Ars magna combinatoria establecerá: una religión guerrera y una religión erótica, una metafísica guerrera y otra erótica, un erotismo religioso y un erotismo metafísico, un belicosismo metafísico y otro religioso y, por otra parte, una religión metafísica y una metafísica religiosa, un erotismo guerrero y un belicosismo erótico; todo esto aparte de la religión religiosa, la metafísica metafísica, el erotismo erótico y el belicosismo belicoso. Lo que hace dieciséis combinaciones binarias. ¡Y no digo nada de las ternarias del género: verbigracia, de una religión metafísico-erótica o de una metafísica guerrero-religiosa!
Respecto del capítulo que da nombre a la colección, este es un recorrido comentado por las distintas concepciones históricas de la Eternidad: platónicas, cristianas y finalmente, desde la perspectiva del diablo de las cinco consonantes, que argumenta que con un número finito de partículas en un tiempo infinito todas las combinaciones de estas partículas se repetirán en algún momento, repitiéndose así la historia. A esto Borges rebate con ciertas nociones matemáticas de infinitud cantoriana: al haber infinitos puntos en el espacio la repetición de una posición anterior sería implausible, y con el argumento físico del aumento constante de entropía del universo.
Por último, detecto cierto anarquismo en la naturaleza de los temas. Si los recogemos, nos percatamos de que son extremadamente variopintos: la breve Historia de la Eternidad, un análisis de la figura retórica islandesa de las kenningar, una valoración del trabajo de los traductores de Las mil y una noches, una reseña de un libro que no existe y algunas disquisiciones sobre el arte de injuriar. Como vemos, desorden, pero un desorden muy interesante a pesar de no tener dirección ni sentido. Parece que el motor final de Borges al crear este compendio es saciar su curiosidad, de tal forma que el texto en sí tiene menos importancia que proceso de investigación que lo precede. Aún así, se aprecia que comparta sus interesantes ideas con sus lectores.
Muchas gracias a Víctor Goti por la recomendación y por prestarme un ejemplar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé cordinal, sé respetuoso.