Canción: I don't want to set the world on fire – The Ink Spots
Marine Le Pen al final no ha ganado la primera vuelta de las elecciones francesas, como parecía en un principio. Francia se encuentra ahora en una situación ejemplar en la que cada una de las corrientes ideológicas paradigmáticas y representantes del s XX tienen su propio candidato.
El liberalismo, socialismo, conservadurismo y fascismo se presentan cada uno con un caballo de batalla, y con menos de un 4% de diferencia entre el más y el menos votado. Algunos se esfuerzan en acusar las diferencias entre moderados y radicales, pero no hay radicalidad en aquellos que representan con fidelidad su posición en el espectro político. Si unos parecen más moderados que otros es porque nosotros nos movemos ideológicamente en una dirección y sentido concretos.
La deriva leve hacia la derecha de Europa para equilibrar la influencia de la imponente presencia de la Unión Soviética no ha desaparecido con la extinción del Bloque del Este. En palabras de mi padre: “Se ha producido un corrimiento de votos hacia la derecha de puta madre”.
Y es que los franceses al parecer tienen que votar a la derecha con tal de evitar a la extrema derecha con tal de evitar la extrema derecha. Ahora Macron debe tener cuidado. Sus soluciones continuistas y al servicio de la Unión Europea parece que van a perpetuar los males por los que Marine Le Pen es portada de los diarios. Que tenga cuidado por el bien de Francia.
El Macron 2017 se puede convertir con gran facilidad en la Le Pen 2022
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